sábado, 1 de febrero de 2014

Las razas Atlantes de Eunate

La Atlántida ha sido y continuará siendo un gran enigma, desde que Platón habló de su existencia en el siglo IV aC, quizás influido por ciertas tesis de Sócrates, esta civilización ha sido buscada a posteriori por historiadores, geólogos, arqueólogos, paleontólogos, ocultistas y dotados psíquicos.

El interés por este mítico continente no ha hecho más que incrementarse con el paso del tiempo. Desde el historiador griego del siglo I aC Diodoro de Sicilia, hasta Plutarco el afamado historiador biográfico del siglo II dC, pasando por Plinio el Viejo, o Estrabon, entre muchos otros, han tratado su existencia en alguno de sus escritos.

Pero las huellas de esta civilización no están impresas únicamente en los escritos de los grandes historiadores, están explícitas en numerosos restos arqueológicos y megalitos ciclópeos en muchos puntos del planeta, levantándose estos con orientaciones astronómicas muy precisas, anteriores incluso a la edad de piedra.

Muchas teorías consideran que la Atlántida fue una simple fantasía de Platón, pero esta afirmación no ha parado en absoluto su búsqueda durante la historia. A finales del siglo diecinueve, la ocultista ucraniana Helena Petrovna Blavatsky, estudió las tradiciones ocultas orientales sobre el mundo atlante, convirtiéndose en una referencia para los videntes posteriores. Accediendo a las enseñanzas de sus guias espirituales los Mahatma, a antiguos manuscritos tibetanos y a los registros akásicos a través del trance, reunió diversa información que posteriormente publicaría en su libro "Historia de la Atlántida" impreso en el año 1896. Este interesante escrito ofrece fechas concretas de los diversos cataclismos que destruyeron el continente atlante, así como información precisa del territorio que ocupaba.



Según Blavatsky las razas atlantes evolucionaron a partir de los Lemures. Entre estas numerosas subrazas se encontraban los primeros Semitas y Mongoles, siendo la raza Tolteca la que predominó, conquistando el continente. Cuando se desencadenó la destrucción de la Atlántida, pequeños grupos de Toltecas emigraron hacia tierras del Nilo y América.



Entre las supuestas huellas de esta civilización, los maestros iniciáticos del Temple, dejaron en los canecillos del ábside este de la iglesia de Santa María de Eunate, perteneciente al municipio de Munizabal, Navarra, una docena de representaciones de distintos rostros atlantes. En la ornamentación arquitectónica de esta capilla templaria se pueden observar además, misteriosos símbolos, así como extraños animales y plantas.



Las marcas de la cantería templaria, guardan el secreto de una sabiduría que sin duda alguna, los adeptos sabrán identificar y descifrar.

Abside este de la capilla de Eunate.

2 comentarios:

  1. Me suena haber visto algo parecido en la ermita "San Pantaleón de Losa".

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    1. La iglesia de "San Pantaleón de Losa" es un pequeño y recóndito templo burgalés, que según la tradición templaria parece esconder en su simbología esotérica, una serie de claves ocultas que apuntan a la ubicación de la más preciada de las reliquias cristianas inmersas en el inconsciente colectivo, el "Santo Grial". El exterior del templo, tiene multitud de detalles que son manifiestamente extraños en la tradición románica. Por encima de todos ellos, destaca una gran figura que recostada en una de las columnas de la portada, parece sujetar sobre el hombro una pesada piel, un supuesto "Atlante" que protege a la entrada del templo, el secreto de las marcas de la cantería templaria.

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