jueves, 13 de febrero de 2014

Operaciones psíquicas

El concepto espacio ha sido inseparable del concepto tiempo desde que el científico Albert Einstein publicó su modelo matemático en el año 1905. Este teoría matemática fué uno de los avances más importantes del siglo XX. La combinación espacio-tiempo en un único continuo como dos conceptos inseparablemente relacionados, supuso la unificación de ambos en una red, retícula, o matriz energética que los contiene, y sin la cual ambos conceptos no podrian existir.

Cualquier objeto material es una organización irrepetible de esta estructura reticular. Cuando esta red hipercompleja se encuentra en su estado fundamental de coherencia y total simetría, no existen ni objetos ni alteraciones temporales. Con una modificación de su estructura fundamental, el tiempo transcurre y la materia aparece. Una partícula elemental es precisamente una desorganización elemental de la red o retícula energética en cualquiera de sus localizaciones. Cualquier átomo o compuesto químico es una particular conformación estructural de la retícula energética, respecto a su estado fundamental de máxima coherencia. Esta red del espacio-tiempo, se podria asemejar a la lattice de alta coherencia de cualquier cristal.

Los conceptos de sanación basados en la física cuántica y la teoría sintérgica indican que nuestro cerebro interactúa con ese campo informacional que algunos llaman campo cuántico y otros como David Böhm, el orden implicado. Los físicos actuales hablan de un campo espacial y la Teoría Sintérgica de Grinberg lo denomina campo sintérgico.

El cerebro interactúa con este campo y a partir de esta interacción, como resultado final del procesamiento cerebral, aparece la realidad perceptual, la que percibimos tal y como la conocemos, es decir, los objetos, formas, colores y texturas.

En ese campo se encuentran la información de esos objetos, pero no la cualidad. El cerebro está encargado de alguna manera de descodificar ese campo informacional y la resultante final es la realidad que percibimos. La incapacidad para entender el proceso, confunde ese resultado final con un estimulo primario. Pero lo cierto es que no tenemos acceso al proceso de creación de la realidad perceptual, sino solamente a su resultado final. Y es precisamente esta confusión lo que nos lleva a pensar que la resultante final no es un producto creado por nosotros, sino una realidad independiente o ajena a nosotros, cuando en realidad somos nosotros quienes la elaboramos.

Esta interesante hipótesis atribuye al campo neuronal, la capacidad de interferir en esta retícula energética. Cuando los niveles de conciencia son extraordinariamente diferenciados, pueden inducir en la retícula conformaciones similares a la de los objetos en caso de las materializaciones, o retornos a la estructura fundamental de coherencia y simetría de la retícula en el caso de las desmaterializaciones, apareciendo por tanto la posibilidad de materializar o desmaterializar objetos físicos, con un mecanismo similar al que todos utilizamos para crear nuestras imágenes o nuestros pensamientos.

Es evidente que no usamos todo el potencial de nuestro cerebro. El poder de la mente sobre la materia conocido como psicoquinesis, es un fenómeno que puede presentarse de diversas maneras: Movimiento, calentamiento, enfriamiento, cambios cromáticos, doblamiento, torsión, dilatación, transmutación, teleportación, desintegración, desaparición, aparición, levitación, etc. Además de los experimentos poblacionales realizados con sujetos elegidos al azar, se han efectuado otros con individuos aislados que mostraron poseer grandes dotes. La lista es muy larga, pero entre ellos destacaremos a Nina Kulagina, Uri Geller, o Matthew Manning.



Uno de los experimentos más famosos de Nina Kulagina, se desarrolló en un laboratorio de Leningrado, el 10 de marzo de 1970. Después de haber estudiado primero la habilidad de mover objetos inanimados, un grupo de científicos tenían curiosidad de ver si las habilidades de Nina Kulagina, podían ser utilizadas en células vivas, tejidos y órganos. El doctor soviético Sergeyev junto con un grupo de afamados científicos, presenciaron como Nina Kulagina intentó utilizar su energía mental para detener el latido del corazón de una rana. Ella se concentró intensamente en el corazón de la rana, pasados unos instantes empezó a latir más rápido, para empezar a ralentizarse, hasta conseguir detenerlo por completo.

Cuando Matthew Manning era todavía un joven adolescente sintió un irrefrenable impulso que lo obligaba a escribir. Lo hacía con su propia mano y con pluma estilográfica, pero esa letra no coincidia con la suya, y lo que redactaba era una cantidad de hechos y datos sobre Gran Bretaña que él ignoraba por completo. Cuando decidió comparar esa información con la de la biblioteca local, descubrió que los datos eran exactos. No pasó mucho para que el joven advirtiera que podía doblar objetos de metal, cortar la corriente eléctrica o detener los relojes con solo pensarlo. Ya por entonces nada le sorprendía y aceptó los hechos. Viajó por el mundo mostrándo sus extrañas habilidades.

Uri Geller en junio de 1974, ante un calificado grupo de científicos reunidos en el laboratorio de física del Birkbeck College, en la Universidad de Londres, centuplicó dos veces las señales de un “contador Geiger”, aparato físico de gran precisión cuyo ritmo estable es de 0.5 señales por segundo. En pocos segundos estas señales subieron 200 veces más de lo normal, fenómeno debido únicamente a la intensa concentración mental de Uri Geller. Al menos los científicos presentes atestiguaron que ningún otro factor, salvo ese, ejercía en esos momentos influencia sobre el contador Geiger.

En el mismo laboratorio y fiscalizado por los científicos, realizó estas otras pruebas: dobló metales con solo tocarlos; quebró un cristal encerrado dentro de un hermético envase pasando la mano a varios centímetros de este; e hizo girar bruscamente brújulas y magnetómetros con la fuerza de su mente.

El matemático John Taylor declaró: “He comprobado que en estas experiencias no hay posibilidad de fraude alguno. "Uri Geller es tan excepcional que plantea un serio desafío a la ciencia contemporánea”.

Es importante destacar que la Parapsicología, entendiendo esta como la ciencia que estudia al dotado y sus fenómenos, y no como la producion fenómenos parapsicológicos, ha probado la existencia de un factor no material que interactúa con la mente del hombre. Este hecho, tan importante, todavía no ha calado hondo en nuestra cultura. Cabe señalar también que la parapsicología puede aportar una fundamentación a la psicología que carece de la prueba fundamental para considerar a la mente como un ente independiente. Hasta ahora estas disciplinas psicologías se mantienen en un terreno conjetural, con alguna que otra prueba experimental.

En relación a la médiumdidad, tenemos cuatro campos a estudiar: los mensajes, las producciones o efectos materiales, las sanaciones realizadas sobre otras personas y la xenoglosia, o habilidad de poder hablar o escribir un lenguaje supuestamente no familiar para el individuo. La hipótesis científica del positivismo interpreta estos campos como elaboraciones del inconsciente del médium, por que resulta difícil introducir estos fenómenos dentro del método experimental con su análisis estadístico, excluyendo por tanto conceptos como el campo PSI, la captación telepática y la participación del incosciente colectivo.

La colaboración de espíritus desencarnados en operaciones psíquicas quedan por tanto como una texis a demostrar. Pero hay que destacar que ciertos médiums en estado de trance, sin lugar a dudas, han producido notables fenómenos de percepción extrasensorial y de psicoquinesis, dos modalidades parapsicológicas con base sobradamente científica.

La lista de cirujanos psíquicos es amplia, entre los más reconocidos están: el espíritu del enigmático y ya fallecido Dr Fritz que ocupaba el cuerpo del brasileño Ze Arigó, en México el espíritu descendido del emperador Cuauhtemoc convertía a Bárbara Guerrero mas conocida como "Pachita" en una de las curanderas mas afamada de la historia, o también el británico Sthepfen Turroff bajo la influencia del espíritu del doctor Kant. Estos cirujanos psíquicos en estado de trance, durante las operaciones que realizaban eran capaces de materializar y desmaterializar órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, les permitía realizar transplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales. Un control único sobre su campo neuronal, transformándo y modificando con él, la estructura de la retícula. Efectos que parecían ser milagrosos.

Cabe mencionar además de las complejas desmaterializaciones de organos y tejidos llevadas a cabo por estos cirujanos psíquicos, la posibilidad de actuar sobre los cuerpos etéricos a traves de la retícula energética descrita anteriormente. El cuerpo etérico es el doble exacto del cuerpo físico denso. Es el conductor de las energías que pertenecen al plano físico aunque su energía es mucho más sutil y su función es distinta. El doble etérico es receptor y transmisor de las energías que provienen de los cuerpos más sutiles, permitiendo que estas fluyan al cuerpo físico denso a través del sistema nervioso.

Continúa en "Cirujanos psíquicos"

Fuentes: Teoría Sitérgica (Doctor Jacobo Grinberg-Zylberbaum)
Sociedad de Conocimiento para la Posible Evolución del Hombre

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