jueves, 3 de julio de 2014

Radiestesia. La energía del Dragón

Desde antaño, desde los tiempos más remotos, observamos como la piedra se convierte en objeto de veneración por parte del hombre, considerándola morada de Dios e incluso el cuerpo de este. La piedra ha sido venerada históricamente por distintas culturas. Desde la antiguedad los sabios maestros de la Madre Naturaleza utilizaron las construcciones megalíticas para el equilibrio de las energías de la Tierra o energías del Dragón.

Las construcciones megalíticas interaccionan con los seres vivos, pero sobre todo interactúan con la Madre Tierra. Los dolmenes bajo su gran losa forman un caparazón de protección energética, una zona neutra apartada de las líneas Hartmann que los rodean, de ahí que por norma general tienen su eje orientado dirección Sureste. Este templo natural construido en la antiguedad es un espacio armonizador y equilibrador. Un espacio que si continúa activo, se convierte en una estructura en la cual asciende desde las venas del Dragón, o líneas telúricas, una onda vibracional cuyo armónico puede conducir al hombre directamente a un estado de conciencia más elevado. Este vórtice de energía aparece a un tercio de la altura de la cámara dolménica. La actividad de los antiguos dolmenes, dependen de la presencia actual de las líneas de la Conciencia Colectiva, un sistema de líneas no permanentes que estudiaremos detalladamente en entradas posteriores.

Las construcciones en piedra poseen dos características principales, la piedra es capaz de entrar en vibración y es acumuladora de energías cósmicas y telúricas. La losa superior del dolmen adquiere gran importancia en esta construcción, cuando se abre una línea telúrica hacia la superficie, esta energía del dragón provoca que una línea celeste o cósmica descienda a su encuentro, un flujo de intensidad idéntica pero de inversa polaridad.


Medición radiestésica de un Dolmen

La gran losa del dolmen, detiene y acumula la energía confiriendo a este un punto de armonía vibracional positiva, una energía regeneradora para el ser humano. El menhir por el contrario atrae la energía del dragón. Este elemento constructivo situado encima de las venas telúricas de la tierra, actúa como captador y emisor de energías, expulsando esta energía del subsuelo y convirtiendo el perímetro en una zona libre de geopatías. Por tanto los campos de menhires, son campos energetizados. Según los Druidas, son campos donde el dragón se manifiesta, mientras que los dolmenes, son las cuevas donde según sus leyendas, el dragón duerme vigilando el tesoro de la Madre Naturaleza.


Medición radiestésica de un Menhir

El uso de menhires para el bloqueo de cruces de líneas hartman, frenan las corrientes freáticas, evitando las inundaciones y hundimientos del terreno, mientras que los dolmenes sirven para la transformación espiritual del iniciado.

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