miércoles, 16 de octubre de 2013

Los círculos de las cosechas. (Crop Circles)

Todo comenzó en el siglo XVI, quizás mucho antes, pero llegó a la opinión pública el 22 de Agosto de 1678 en Inglaterra, al publicarse por vez primera un folleto con el nombre de "The Mowing Devil" El diablo cosechador.


El agricultor aseguró haber visto personalmente al Diablo segando el cereal, teniendo que hacer frente a los honorarios que exigió por su trabajo el ilustre cosechador.

Los primeros círculos aparecidos eran bastante simples, especulandose sobre su autoría de procedencia extraterrestre o simple creación humana. En 1991, dos jubilados llamados Doung Bower y Dave Chorley, se atribuyeron la autoría de los círculos de los años setenta, mostrando incluso la forma de realizarlos. Pero el argumento de esa técnica manual de círculos imperfectos y poco definidos, se desvaneció por completo con la aparición de círculos más complejos y numerosos, realizados en una sola noche, de más de una hectárea de dimensión y distribuidos por todo el mundo, Alemania, Francia, Suiza y Nueva Zelanda. Dibujos de complejos fractales o progresiones armónicas, códigos binarios, estructuras complejas de proporciones áureas, curvas de Koch y conjuntos de Mandelbrot, que tras la muerte de los dos jubilados, no han cesado.

Árbol de la vida (Véase Kábala y Sanación)
Monstruo de Mandelbrot (Véase Geometría Sagrada II)











 Si analizamos físicamente estos círculos encontraremos lo siguiente:

  1. Las plantas no están partidas ni dobladas, mas bien deformadas por algún tipo de radiación.
  2. Las plantas supervivientes en el centro del círculo presentan un crecimiento anormal.
  3. Las plantas presentan alteraciones electromagnéticas.
  4. Las plantas quebradas emiten radiación residual.












Los círculos de las cosechas parecen ser mensajes del cosmos, si revisamos los pictogramas aparecidos, podemos situarlos en distintas series.

La serie Julia, son círculos que presentan todos la misma ecuación, inspirada en la creación de las galaxias.

En la serie astronómica aparecen representaciones de nuestro sistema solar, sus órbitas, la situación de los planetas y sus satélites. Adelantan descubrimientos de nuevas galaxias antes de ser observadas por los astrónomos terrestres, y también ha sido revelada la existencia de algunos cometas antes de su aparición.

Los ciclos Saros representan nebulosas, con sus diagramas de eclipses solares.

En la serie científica se representan desde la última generación de microprocesadores, hasta insólitos teoremas que contienen notas musicales, e incluso indicios de vida extraterrestre basada en el silicio en vez del carbono.

Esta forma de transmitir conocimiento resulta muy particular e intrigante, símbolos sagrados como cruces celtas, gamadas budistas, dibujos tibetanos, mandalas, flores de loto, símbolos de Sirio, Orión y Pleyades, el sello de Salomón, el sexto sol, e incluso el arbol de la vida, símbolo prejudaico de la Kábala.





Para los científicos estos círculos de las cosechas son un gran desafío, pues estos supuestos mensajes espirituales de origen desconocido pueden ser medibles y analizables.

En estos pictogramas realizados sobre el cereal, existen fuertes anomalías eléctricas y magnéticas, en las que los aparatos electrónicos como cámaras de vídeo, cámaras fotográficas, teléfonos móviles o aparatos de medición sufren alteraciones o dejan de funcionar.

El doctor WC Levengood, de la universidad de Michigan,  respetado biólogo internacional que ha realizado investigaciones de los rayos solares y cósmicos sobre la reproducción de organismos vivos, así como del transporte de iones y el grado de vitalidad de las semillas, después de analizar las plantas extraidas de los círculos, afirmó que solamente una fuerte radiación de tipo microondas, sería capaz de doblar los tallos a voluntad desde 0 grados a 90 grados.

Entonces ¿Que nos quieren decir estas maravillosas señales? Puede ser que nos indiquen que somos observados, quizás nos exhortan a respetar la vida en todas sus manifestaciones, o tal vez van mas allá de la palabra y los números, trasmutando nuestra conciencia a través de nuestra memoria cósmica. Arquetipos grabados en nuestras células, dispuestos a activarse cuando sea el momento preciso.





Cuentan que en el interior de estos círculos de las cosechas, el tiempo parece no existir, un sentimiento inusual de respeto hacia lo sagrado invade al ser, que se pueden intuir presencias que ayudan a la evolución del ser humano, y te inunda una sensación de gran emoción.




Quizás estos círculos nos aporten el conocimiento y la paz que necesita la humanidad, recordándonos que no estamos solos en el universo.




Fuente: Loreta Polgrossi

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