martes, 16 de septiembre de 2014

Almas perdidas. El suicidio II

Parte segunda.

Nuestra experiencia al respecto, se centra únicamente y por el momento, en una sanación que realizamos hace algunos años en un pequeño pueblo de la provincia de Madrid.

Todo comenzó con una llamada telefónica. Germán es un escultor que conocemos hace tiempo, además de tener una incipiente amistad con el, seguíamos su obra en las exposiciones que realizaba en Cuenca, una ciudad con extenso recorrido sobre arte abstracto. Además en el año 2004 cursamos juntos la maestría de Reiki que fue impartida en la facultad de Enfermería de Madrid.

El periplo de Germán con su hermano Juan, antes del fallecimiento de este, fue arduo. Conocedor de las terapias alternativas recorrió diversos caminos en busca de una solución para el cáncer de Juan, desahuciado por la medicina convencional. Su entrega incluso le llevó a desplazarse a Cuba en busca de alguna esperanza, pero su hermano finalmente falleció después de un largo periodo de enfermedad.

La unión de los dos hermanos había sido muy intensa pues se remontaba a la niñez. El golpe fue duro para Germán, pero su fortaleza y conocimiento sobre el ciclo de la vida atenuaron parte de esa tristeza. Después de coincidir por última vez en persona en el funeral de su hermano Juan, por circunstancias personales dejamos de vernos con la asiduidad anterior, pero normalmente cada cierto tiempo manteníamos alguna conversación telefónica.

Pasado algún tiempo del suceso, tuve una fuerte intuición y decidí devolverle la llamada. Cuando oyó mi voz al otro lado del hilo telefónico se puso muy contento. ¿Que tal te va? me preguntó. Estuvimos charlando un rato, y me comentó que después del suceso se había apartado en cierto modo del tema espiritual y únicamente se dedicaba a dar algunas sesiones esporádicas de Reiki, pero exclusivamente a familiares y conocidos. Creo que se había desencantado un poco con el fallecimiento de su hermano y había apartado temporalmente su camino espiritual. El no era una persona religiosa, pero si creia en una entidad superior a la que había pedido insistentemente la remisión de la enfermedad de su hermano.

Después de un rato de charla me contó algo que me sorprendió, me refirió que últimamente había tenido sensaciones muy extrañas. Había percibido que su hermano le vigilaba en el taller de escultura que tiene en la planta baja de su casa, y que en algún momento hasta había llegado a tocarle. Me dijo que no le había contado de momento nada a Charo su mujer, ni por supuesto a ninguno de sus hijos. Después de relatarme detalladamente las sensaciones vividas, me refirió algo contrariado que unos días atrás había quedado en el chalet con una médium para ponerse en contacto con su hermano, pero que había resultado inútil. La conversación cambió de derrotero, y continuamos hablando de otros temas. En un momento de la charla decidí apartarme mentalmente de esta para preguntar si realmente era su hermano quien me refería que le observaba en el taller, me dijeron que si, que quería comunicarse con él. A continuación pregunté si teníamos permiso para realizar esa sesión, a lo que obtuve nuevamente una respuesta afirmativa. Antes de despedirnos le comuniqué que si lo deseaba podíamos intentar contactar algún día con su hermano. Sorprendido a la par que ilusionado me dijo que si yo sabía como hacerlo, y que si tenía alguna experiencia previa, le respondí que se podía intentar, que en algún caso había sido factible, y que nuestra continuidad en el tema espiritual nos había acercado a esta posibilidad, pero que en definitiva dependía de el y de su capacidad de relajación. Así quedo todo, pendiente de confirmar el día de la sesión.

A la mañana siguiente, desayunando con Angeles le conté lo sucedido. Era fin de semana y nos marchábamos a nuestra casa de la sierra, así que decidimos hacer alli una conexión y preparar la futura sesión de sanación. Quiero aclarar que nos referimos a esta sesión como una sanación, por el simple hecho de que el aspecto más valioso de la sanación espiritual, y por supuesto el más relevante, es la sanación de la conciencia y el espíritu. En muchos casos con este tipo de contactos se busca el cambio en la conciencia individual, además de la resolución definitiva de aspectos pendientes, y la liberación a través del conocimiento y el perdón.

Una vez en la sierra, a la caída de la tarde, durante la conexión, nos advirtieron que el eje fundamental de aquella sesión no era el encuentro entre los dos hermanos, que este contacto tan esperado por supuesto tenia gran importancia, pero que había una situación que resolver de mayor calado. Nuestra sorpresa fue evidente, pues al preguntar de qué se trataba, nos dijeron que se desvelaría durante la sesión, pero que era de vital importancia que participara en la sanación Charo, la mujer de Germán.

Con la fuerza y la valentía que otorga la fe, y por supuesto con el permiso recibido, allí estábamos el día acordado a la hora prevista, en la casa de Germán y Charo. Yo conocía aquel bonito chalet situado en un paraje campero, pues había estado con anterioridad en el taller de Germán, viendo su obra escultórica antes de una exposición realizada por este. Ángeles lo visitaba por primera vez. Después del saludo de rigor y de un rato de distendida charla, le comunicamos a Charo que ella también iba a participar en la sanación, lo cual le sorprendió en cierto modo, pues difería de lo que le había explicado Germán con anterioridad. Después de degustar unos deliciosos canapés, decidimos apurar los refrescos antes de comenzar la sesión.

Optamos por realizar la sanación en el taller de escultura utilizando la camilla que Germán usaba para sus sesiones Reiki. El primer paso fue limpiar de energías la sala. Germán esta visiblemente inquieto, mientras que Charo se mostraba bastante relajada. El primero en tumbarse en la camilla fue German. Comenzamos la relajación mientras las velas iluminaban la oscuridad de la estancia. Después de realizar una sanación a Germán, pasados breves instantes apareció su hermano Juan que comenzó a llamarle por su nombre. La mente de German se mantenía inquieta y no conseguía escucharle. Después de varios intentos por relajarle, vimos que estaba bloqueado. Charo expectante, sentada en una silla enfrente de German, escuchaba con asombro las conversaciones que Ángeles y yo manteníamos con alguien que no podía ver y suponía que era Juan, su cuñado. Después de varios intentos por conseguir la relajación de Germán, y no conseguirlo, decidimos preguntar al espíritu desencarnado de Juan que esperaba pacientemente, si quería que nosotros le transmitiéramos el mensaje a Germán. Juan no acepto, argumentando que él personalmente quería dárselo. Pedimos a Juan que abrazase a su hermano a lo cual accedió. German fue incapaz de verle ni oírle pero pudo sentir inmensos escalofríos cada vez que su hermano le rodeaba con su cuerpo etéreo.

Después de los resultados obtenidos decidimos finalizar la sesión de German. Al levantarse de la camilla le notamos algo contrariado. Sus expectativas eran distintas a lo que había sucedido, pero nosotros no podíamos hacer nada más, si él era incapaz de relajarse para acceder a un plano más elevado.

Ahora era el momento de Charo, que aún después de su asombro, las energías de la sesión la mantenían en un estado de absoluta calma. Una vez tumbada en la camilla y con Germán expectante en la silla de enfrente, comenzamos con la sanación. Al finalizar esta Charo comenzó a ver una luz que terminó convirtiéndose en una gran claridad que la invadía, una vez dentro de la luz la guiamos a través de ella, y salió al astral sin ninguna dificultad. Allí la esperaban familiares fallecidos, entre ellos su padre, del que no había podido despedirse antes de la muerte de este. Nosotros nos apartamos y la dejamos que se comunicara con los suyos.

La sala estaba en silencio, Germán expectante, los pulsos de la luz de las velas desvelaban nuestras siluetas. Pasado un rato, Charo nos indicó que sus familiares ya se habían marchado, y que la gran luz que la invadía había desaparecido. Ángeles y yo procedimos a cerrar la sesión y encender las luces del taller.

La cara de Charo era especial, tenía una intensa dulzura en los ojos. Estaba muy sorprendida pues nunca había imaginado que algo así pudiera suceder. Dejamos el taller para subir a la planta de arriba, y nos sentamos en los sofás del salón. Al rato de comenzar a charlar sobre aquel fantástico suceso Ángeles me hizo una seña, me acerque disimuladamente a ella y me dijo, !Está aquí la hermana pequeña de Charo¡, !Me está diciendo que se suicidó¡. Ángeles tiene desarrollada una gran capacidad extrasensorial. En ese momento recordé las palabras nuestro guía espiritual cuando nos advertía de que algo esencial se desvelaría durante la sesión. No quiero decir con esto que el encuentro de Germán y Charo con sus familiares no fuera algo excepcional, pero la llegada del alma perdida de Esther la hermana de Charo, llenaba de sentido aquellas palabras.

La sorpresa de Charo fue monumental. Ángeles empezó a canalizar a Esther, mientras ella estaba estupefacta por los detalles que relataba la boca de Ángeles sobre la convivencia de ambas. Era evidente que su hermana estaba allí, los sucesos narrados y la forma de expresarse eran únicamente familiares a ella. Nadie los conocía con anterioridad. Germán estaba superado por la situación, su desarrollo espiritual aun no le permitía encajar esa situación, necesitaba tiempo. La conversación entre Esther y Charo, a través de la canalización de Ángeles, sirvió para que ambas hermanas lograran entenderse mutuamente y pudieran en definitiva sanar aquella situación. En la conversación salieron a relucir distintos aspectos que aun no estaban superados por parte de Germán, conocedor en gran medida del suceso. La figura del marido de Esther y el comportamiento posterior a su muerte, contrariaban a Germán, incapaz de entender a ambos. La falta de comunicación entre Charo y German sobre el suceso se hizo evidente, apareciendo detalles ocultos para Charo sobre la relación entre sus hijos y sus sobrinos, los hijos de Esther.

Durante la cena, por cierto deliciosa, preparada por Germán, este optó por que el tema principal de conversación se alejara del ámbito familiar, mientras que Charo mostraba la necesidad de tener alguna última conversación con su hermana Esther, todavía presente, pero oculta a todos menos a Ángeles. Nosotros, respetamos su decisión.

Después de aquella intensa jornada, nos despedimos con la sensación que Germán se quedaba aliviado con nuestra marcha, situación que entendíamos perfectamente. Charo se mostró encantadora como de costumbre. Nos montamos en el coche y pusimos rumbo a casa. De camino, Ángeles me indicó que Esther venia en el asiento trasero con la intención de que la condujéramos a la luz. Durante el viaje estuvimos hablando del tema de Germán y Charo, en el cual Esther participó desvelándonos algunos detalles interesantes, y explicándonos los motivos de su suicidio. Nuestro amor hacia Esther era evidente y ella lo sentía.

Pasados unos días de aquella velada, preparamos una sesión y conducimos a Esther a la luz. Así se nos indicó. Ella sabe que la amamos profundamente y que algún día nos encontraremos. El único sin sabor, es el hecho que Charo desconozca por el momento el final de esta bonita historia, creo que sería importante para un sanación completa.

Ignoramos aun cual son los mecanismos para que estas almas evolucionen desde planos inferiores hasta poder alcanzar la luz, es un misterio que espíritus les ayudan. Alguna vez hemos visto la situación de almas descarriadas en un estado de gran oscuridad, y aunque este no era el caso, sin duda el espíritu de Esther había pasado por una evolución previa al encuentro. El contacto de Ester con su hermana, y la sanación de la relación, intuimos que fue el último paso para abandonar definitivamente su situación. Según Leadbeater, las almas que se arrancan de forma apresurada de la vida física cuando están llenas de salud y fuerza, ya sea por accidente o por suicidio, se encuentra en el plano astral en unas condiciones que difieren considerablemente de las que rodean al que muere por edad o bien por enfermedad, véase "Almas perdidas. El suicidio""Dulce niña de mi mente".


Esta situación la podemos corroborar, pero queremos matizar que sucede también en casos de espíritus que no han alcanzado un mínimo grado de vibración en vida, y por tanto son incapaces de abandonar posteriormente el plano astral inferior. En el caso de los suicidios, el dolor y sufrimiento son tan grandes que hemos sido incapaces de indagar más en ello. Muchos dejan hijos, cónyuge y familiares, pero lo cierto es que siguen dentro del plan divino, dentro de este juego de evolución en el que todos nos encontramos inmersos. Dentro… de un juego perfecto.

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