viernes, 11 de abril de 2014

El despertar de la Kundalini II

El despertar de los chakras y de la Kundalini según Hiroshi Motoyama. (Parte quinta)

En su despertar personal de la kundalini, Motoyama no percibió ningún símbolo, no obstante su madre, una mujer sencilla y sin conocimiento del sanscrito, si los percibió. Ella refería que en su chakra Anahata habia visto un símbolo que le recordaba a un velero invertido que estaba dentro de una estrella de seis puntas. Años más tarde cuando Motoyama estudia sánscrito queda sorprendido al comprobar que la experiencia de su madre era la visión del símbolo que tradicionalmente se asociaba con el chakra Anahata. Motoyama por tanto cree que los chakras que vivenció Leadbeater corresponden al doble etérico, y no a los chakras superiores de su dimensión causal o astral.

Hirosi Motoyama es un científico nacido en Tokio el 15 de diciembre de 1925. Doctor en filosofía y psicología clínica por la universidad de Tokio, llevó a cabo un trabajo de investigación detallado e investigaciones sobre los chakras y el despertar de la kundalini, basado en su experiencia personal. Se inicia en el camino espiritual a temprana edad, debido a que su madre y su nodriza estaban muy entregadas al mundo espiritual. Recitaba sutras budistas y plegarias Shito con su madre, en los templos y santuarios a los cuatro años de edad. También a temprana edad frecuentó lugares de gran energía y ascetismo religioso. Más adelante durante la época espiritual vivida con su madre y su nodriza, llegó a conocer y a experimentar la existencia de entidades no humanas en dimensiones superiores, debido al entorno y a su propio karma fue introduciendose en el mundo de una realidad dimensional más elevada.

El despertar del chakra Muladhara.

Cuando Motoyama contaba con veinticinco años de edad se levantaba habitualmente a las tres de la mañana para hacer asanas durante media hora, a continuación meditaba durante tres o cuatro horas más. La primera parte de la meditación la dedicaba al pranayana y la parte final a la concentración sobre los chakras.

Los métodos de pranayana utilizados por Motoyama, mejoraron su estado físico y psicológico a los seis meses de práctica, además de las alteraciones gástricas y las molestias de oído. con la práctica continuada empezó a sentir nuevas sensaciones, picor en el cóccix, sensación de hormigueo en la frente y en la parte superior de la cabeza, y calor en el bajo abdomen. además podía oír un zumbido alrededor del cóccis y su sentido del olfato se amplificó.

Esta situación se prolongó durante tres meses, cierto día que meditaba Motoyama delante de su altar, sintió un calor especial bajo el abdomen, seguido de una especie de bola de luz rojo oscura, de repente, le recorrió la espina dorsal una fuerza que ascendió hasta la parte superior de la cabeza, durando apenas dos segundos, al instante su cuerpo se elevó del suelo unos centímetros y quedó aterrorizado. Todo su cuerpo ardía y el dolor de cabeza le duró toda la jornada, el estado febril le acompañó dos o tres días.

La primera experiencia de Motoyama de elevación de la Kundalini a través del Sushumna fue esta, y no experimentó más problemas físicos y mentales asociados a esta vivencia debido a que su chakra Sahasrara y por tanto la Puerta de Brahman se encontraban abiertos, saliendo la kundalini a través de ella y alejándose hacia la dimensión astral.

El despertar del chakra Svadhishthana.

La sensación febril que se experimenta en este chakra con la práctica inicial del pranayama, antes del despertar de la kundalini fue para Motoyama como una mezcla de fuego y hielo, acompañada por una visión de vapor blanco. Uno o dos meses después empezó a ver en el abdomen una bola de color carmesí. El despertar de este chakra se acompañó de algún sueño profético, y de vivencias involuntarias paranormales, como la telepatía.

Motoyama pudo activar los chakras Svadhishthana, Manipura y Sahasrara con más facilidad que el resto. La facilidad para despertar el Svadhishthana pudo deberse al ascetismo del agua que practicó desde la infancia, pues la conexión entre este chakra y el agua es muy fuerte. Muchos psíquicos modernos despiertan este chakra con esta técnica, de hecho las personas psíquicas con capacidades paranormales natas no controladas, tienen despierto el chakra Svadhishthana.

El despertar del chakra Manipura.

Al cabo de seis meses de comenzar a practicar el yoga, Motoyama con frecuencia veía durante las meditaciones una luz rojiza centrada en su ombligo que se volvía intensamente blanca. En esa época empezó a ver con mas frecuencia seres astrales inferiores durante la meditación. A veces era capaz de mejorar su sufrimiento, entonando para ellos oraciones de predicación y sutras budistas y emitiendo prana de forma consciente. Si los espíritus eran fuertes y hostiles se sentía afectado y le era imposible ayudarlos, llegando incluso a ponerse enfermo o malhumorado. Otra de las consecuencias de despertar este chakra es la aparición en Motoyama de capacidades paranormales como la clarividencia, la telepatía y la introspección espiritual.

El despertar del chakra Manipura abre la capacidad para ponerse en contacto con el mundo espiritual, pero si olvidamos el desarrollo de los demás chakras, o si utilizamos uno en especial únicamente, se corre el riesgo de que se produzcan enfermedades corporales y mentales. Muchos psíquicos que han abusado del contacto con los espíritus a través de este chakra han muerto jóvenes por la sobrecarga o desequilibrio con los otros chakras.

La consecuencia normal del despertar del chakra Manipura, hace las emociones más ricas manteniéndolas bajo control, y aumenta la simpatía.

El despertar del chakra Anahata.

Motoyama relata que la aparición de dolor hacia la parte alta del esternón es normal en el despertar de este chakra, pero dentro de un estado saludable, de gran actividad y de necesidad de pocas horas de sueño. El despertar del chakra Anahata comenzó para Motoyama como un calor que surgió en el cóccix, subió a través de la columna vertebral hasta el corazón sintiendo el pecho muy caliente. A continuación vio brillar su corazón con un tono reluciente oro. Todo esto sucedió con el ascetismo del agua, momento durante la meditación en el que rociaba al amanecer su cuerpo semidesnudo con agua helada durante casi una hora en invierno. El calor que se elevaba por su cuerpo comenzó a convertir el agua en una nube de vapor.

Cuando la kundalini ascendió del corazón a la parte superior de su cabeza, la luz adquirió un tono blanco brillante, abandonando su cuerpo por la parte superior de su cabeza y elevándose hacia dimensiones mucho más altas. El despertar del chakra Anahata proporcionó a Motoyama la capacidad de realizar curaciones psíquicas. El cuerpo astral, o energía espiritual de Motoyama era capaz de entrar en el de otra persona y realizar en su interior procesos curativos. Motoyama cree que las curaciones milagrosas pueden ser realizadas por el Chakra Anahata.

Además Motoyama considera que la actitud de desapego hacia las cosas mundanas, se consigue a través de este despertar, gozando entonces de la autentica libertad.

El despertar del chakra Vishuddha.

Al cuarto año de yoga y después de los pranayama diarios, Motoyama empezó la concentración en el chakra Vishuddha. Al poco tiempo surgió un irritación que empezó a dificultarle la respiración.

Después de varios meses de concentración en la meditación sobre el chakra Vishudha, Motoyama comenzó a ver una oscura luz púrpura que se extendía gradualmente en torno a su cabeza, perdía la conciencia de su cuerpo y se sentía lleno de calma y seguridad, en un estado de vaciamiento.

Tras experimentar este estado varias veces se encontró en un abismo de vacío absoluto, viviendo un miedo que le hizo pensar en abandonar el yoga. Motoyama sentía que su apego a este mundo llegaba a su fin, que estaba dejando este mundo con esta experiencia.

Durante este proceso, tuvo que enfrentarse con seres horribles, pasando por una experiencia bastante aterradora. Sin embargo llegó a la certeza de que no había nada que temer poniéndose en manos de Dios, convencimiento con el que pasó por esta nueva etapa.

Cuando logro superar su miedo logró ver que no estaba apegado a este mundo, dándose cuenta que era capaz de ver el pasado, presente y futuro en la misma dimensión, superando las distinciones entre ellos. Además que era capaz de ver las vidas anteriores, su situación presente y el futuro de las personas, en una corriente de continuo fluir. Motoyama relata que la apertura del chakra Vishudda permite escuchar con los oídos de la mente.


El despertar del chakra Ajna.

Motoyama se concentraba en el chakra Ajana visualizando la absorción y difusión de prana durante el pranayana, mientras entonaba durante todo el tiempo el mantra OM. Tras realizar este ejercicio una hora diaria durante varios meses, la energía de la Kundalini se elevó por su cóccix hacia la columna vertebral calentando todo su cuerpo. La zona del abdomen que rodea al chakra Svadhishthana se endureció y la respiración se tornó tan fácil y lenta que sintió que podía vivir sin respirar. La mitad superior de su cuerpo pareció haber desaparecido mientras que su chakra Ajna brillaba entre sus cejas como una luz blanca y resplandeciente, al rato oyó que una voz le llamaba, una voz que le llenó de éxtasis y le reveló un símbolo divino de poder. Este estado se prolongó durante varias horas e indicó el inicio del despertar del chakra Ajna.

Con este despertar apareció un estado de conciencia ampliada, una conciencia de una dimensión más elevada, además de capacidades psíquicas que parecían emanar de una dimensión diferente a las facultades asociadas con el despertar de los chakras Anahata y Manipura. Cuando se despertó este último chakra, Motoyama se vio afectado por los espíritus, además de comenzar a ver el karma de vidas anteriores de otras personas, sin embargo después del despertar del Ajna, se volvió consciente del sufrimiento de los espíritus pudiendo ayudar a liberarlos mediante rezos.

El despertar del chakra Ajna aporta la capacidad para transcender y purificar el karma, por esta razón es absolutamente necesario despertar los chakras Ajna y Sahasrara, para que el ser humano pueda evolucionar y ascender a un plano más elevado.

El despertar del chakra Sahasrara.

El Shoshuen es una práctica taoista utilizada por Motoyama para despertar el chakra Sahasrara. Se realiza subiendo la kundalini a lo largo del Sushumma hasta la parte superior de la cabeza, dejándola caer después al chakra Ajna durante la inhalación. Después se mantiene alli la energía reteniendo la respiración tres segundos, dejando caer esta nuevamente al chakra Svadhishthana reteniendo de nuevo la respiración, manteniendo así la circulación de la kundalini desde el Muladhara a la cabeza sucesivamente.

Este ejercicio permitía a Motoyama ver el interior del Sushumma, del Sahasrara y de otros chakras brillando. Tras la práctica de seis meses de yoga, una luz brillante y dorada empezó a entrar y salir del cuerpo de Motoyama a través de la parte superior de la cabeza, sintiendo como esta zona se prolongaba hacia arriba diez o veinte centímetros. Motoyama podía ver como su yo espiritual abandonaba su cuerpo por el chakra Sahasrara, elevándose gradualamente e incorporándose a los cielos por la parte superior de su cabeza.

Motoyama tuvo conciencia de forma espontánea de su misión, de otras vidas y de su propio estado espiritual, sumergiéndose por entero en una calma extraordinaria. Despues consideró que era imprescindible regresar al mundo físico, descendiendo por la misma ruta y regresando a su cuerpo por la parte superior de la cabeza. Motoyama tuvo que impregnar todo su cuerpo de energía espiritual pues estaba frio y tenía las extremidades paralizadas, recuperando poco a poco una sensación normal.

Esto le ocurrió menos de un año después de empezar con la práctica del yoga. Durante los años siguientes despertó los chakras Vishuddha y Anahata. Los chakras Svadhishthana, Manipura y Sahasrara fueron los que antes se volvieron activos en Motoyama. El despertar del del chakra Sahasrara permite que el cuerpo astral abandone el físico a través de la Puerta de Brahman. El despertar de este chakra amplifica además las capacidades de los chakras inferiores, activándose estos a un nivel más elevado.

Los trabajos del doctor Hiroshi Motoyama son un documento singular tanto dsde el punto de vista científico como del espiritual. Sus experiencias personales son de extraordinario interés para cualquier adepto, pues facilitan interesantes claves a la hora de poner en práctica el despertar de la kundalini. Su saber y reputación son bien conocidos en el mundo entero, pues ocupa un puesto destacado entre los investigadores mundiales de este campo. La elevación de la kundalini sin duda alguna constituye la experiencia mas trascendental, que puede llevar a cabo un ser humano en su existencia, ya que le hace capaz de contactar con otra dimensión de la conciencia.

Fuente: Chakras, kundalini y las energías sutiles del ser humano (Hiroshi Motoyama)

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